Hablemos de la Huella Hídrica. El agua es un recurso natural esencial para la vida de todos los seres vivos del planeta, con un valor fundamental para el desarrollo y el bienestar de las generaciones presentes y futuras. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en sus informes anuales afirma la importancia y el problema padecido al sobre usar el agua dulce: “la sobreexplotación del recurso hídrico afecta de manera directa a la disponibilidad y calidad del agua para las generaciones presentes y futuras” (2018, p. 43),“se espera que la demanda global de agua continúe aumentando a un ritmo similar hasta 2050, hasta un aumento del 20 al 30% por encima del nivel actual de uso del agua” (2016, p. 14).
La gestión del recurso hídrico, tanto en el ámbito público como privado, se está convirtiendo en un aspecto ambiental primordial para alcanzar el desarrollo sostenible. Este interés se encuentra impulsado por el aumento mundial en la demanda del agua dulce, el crecimiento de su escasez y la degradación de su calidad en distintas áreas del mundo. Conllevando a la necesidad de entender los impactos relacionados con el uso del agua, y así, lograr mejorar su gestión a nivel local, regional, nacional y global.
La Huella Hídrica, es la herramienta para medir y evaluar la cantidad de agua dulce demandada por una empresa, organismo público, individuo, evento, pueblo, ciudad, nación o hasta por un sector económico en particular. Así mismo, también permite reconocer los cambios en su calidad, identifica el impacto y los impactos ambientales potenciales relacionados con el uso del agua.
Ésta permite abarcar el problema de forma integral para ser atenuado, ya que expone los consumos y desperdicios hídricos ocasionados por cada actividad desarrollada, analiza el ciclo de vida, incluye dimensiones geográficas y temporales, describe qué factores afectan su consumo, qué tipos de aguas se utilizan y cuáles en mayor volumen. Siendo un indicador que determina las líneas bases del consumo de agua dulce, para luego, tomar acciones que permitan la reducción y compensación del impacto.
Muchas veces no se tiene dimensión de los grandes volúmenes de agua que son consumidos y desaprovechados, ya que anteriormente no fueron medidos y valorados. Definir de manera anticipada la huella hídrica, permite posteriormente implementar mecanismos para el cuidado y conservación del recurso.
Desarrollar un Sistema de Gestión Eficiente del Recurso Hídrico, a partir de la medición de la huella hídrica, que garantice la reducción y reutilización del agua disponible, permite el uso racional y sustentable del mismo, contribuyendo con el Objetivos de Desarrollo Sostenible 6 “garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos” de la Agenda 2030 de la Naciones Unidas.
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